domingo, 22 de enero de 2012

Transporte público o carro particular, ¿cual resulta más conveniente?

La decisión de usar transporte público en lugar del carro particular podría resultar más conveniente no solo para la movilidad de la ciudad y el medio ambiente, sino también para cada habitante si la decisión fuera colectiva.

El uso del transporte público por parte de los ciudadanos tiene muchas ventajas para la movilidad y el medio ambiente de una ciudad. Para la movilidad porque si hay menos vehículos particulares en las calles, los pocos que hay pueden transitar más rápido por las mismas. Y para el medio ambiente, debido a la contaminación generada por los automóviles, que en el caso de Medellín contribuyen en un 86% a la contaminación del aire, según el documento 3344 del consejo nacional de política económica y social -CONPES-.
Entonces ¿Por qué alguien elegiría salir en su carro con otros 3 puestos desocupados en lugar de usar el transporte público? Porque desde el punto de vista del beneficio particular parece más conveniente usar el carro. Es más cómodo, no toca esperar el bus, no hay que adaptarse a las rutas de transporte público establecidas, no hay que detenerse para recoger a nadie, etc. No obstante, muchas de las razones para elegir el carro particular se podrían resumir en una palabra: Tiempo.

En la mayoría de las situaciones optar por el uso del automóvil supone un menor tiempo de desplazamiento que optar por llegar al mismo lugar usando el transporte público. Sin embargo, existe la posibilidad que llegar a dicho lugar en transporte público sobre vías descongestionadas demandara menor tiempo que llegar a dicho lugar en vehículo particular sobre vías congestionadas.

En otras palabras, dado el caso hipotético en el que la decisión de una persona implicara la misma decisión para todas las otras personas que se encuentran en esa situación, ¿qué pasaría? Es decir, ¿Qué pasaría, si todos los usuarios de automóviles particulares tomaran la misma decisión, bien sea de sacar el carro o de usar el transporte público? Tocaría entonces tener en cuenta en la decisión, el tiempo ahorrado debido a la menor congestión de las vías si se optara por el transporte público, dado que si todos toman la misma decisión, elegir dejar el carro en la casa, implicaría una reducción dramática de carros particulares en las vías. Esta reducción importante en la congestión de las vías es muy probable que compensara con creces las inconveniencias en el tiempo de desplazamiento al usar el transporte público.

Además, en una ciudad donde el carro particular no fuera una opción, la frecuencia con la que deberían pasar los vehículos de transporte público tendría que ser muchísimo mayor para atender los pasajeros que de otro modo usarían su carro particular, por lo que los tiempos de espera serían mucho menores a los actuales.

Así que quizás la respuesta a una mejor movilidad en la ciudad, comience por cambiar nuestro modelo de pensamiento de un beneficio particular a un beneficio colectivo, ya que pensar en el bien común podría suponer un beneficio particular en el mediano y largo plazo.